viernes, 29 de mayo de 2009

La amenaza a la paz y a la libertad mundiales.

Llevo tiempo detrás de las noticias que llegan desde el Lejano Oriente, especialmente de aquéllas que tienen algo que ver con Corea del Norte, preocupado por la crítica situación en la que se encuentra la paz mundial (ya lo estaba cuando Corea del Norte decidió no ratificar el Tratado de Pekín, o cuando Irán anunció la posesión de armas nucleares y amenazó al Estado israelí).

Todos hemos visto u oído nuevas sobre las pruebas nucleares y los constantes lanzamientos de misiles que está llevando a cabo el Gobierno norcoreano, así como de las amenazas lanzadas, cual premonitorias saetas, contra sus vecinos del sur.
Tampoco nos resulta extraño el hecho de que los Gobiernos de Japón, Corea del Sur, China, los Estados Unidos, y el propio Consejo de Seguridad de la ONU se hayan puesto alerta ante tales provocaciones que van en contra del Derecho Internacional Público.

Lo que ha llamado poderosamente mi atención, es el hecho de que el pequeño país asiático haya vertido amenazas contra el mismísimo Consejo de Seguridad.
Así es, esta mañana, cuando he leído el periódico, mi sorpresa ha sido mayúscula: Corea del Norte advierte al Consejo de que, si es sancionada, los "actos de legítima defensa" serán inevitables.

No es que no supiéramos ya que la ONU necesita una renovación para hacer frente a los nuevos retos mundiales, no es que no supiéramos que la composición del Consejo de Seguridad podía haber quedado obsoleta, no es que no supiéramos ya que el mantenimiento de la paz mundial es una tarea delicada que requiere de la buena voluntad de los Estados...es que, sencillamente, resulta increíble pensar que un Estado se atreva a desafiar a la Comunidad Internacional con el uso de armas nucleares.

Parece ser que el Gobierno norcoreano ha redescubierto el modo de conseguir los própositos que uno se plantee: la violencia.
Estamos, por tanto, ante una vuelta a los peores períodos de nuestra historia: aquéllos en los que la guerra era el primer y único argumento.

¿Supone esto que la Comunidad Internacional debe replantearse los medios para el mantenimiento de la paz? ¿Significa esto que el mundo se halla al borde del cataclismo? ¿Debemos aceptar que el uso de la fuerza es un argumento para hacer valer a los Estados sus deseos?

Las respuestas están abietas, desde luego, aunque yo me inclino a pensar que sólo el Consejo de Seguridad es depositario del Derecho a intervención militar mediante sus Operaciones de Mantenimiento de la Paz (OMP). No debe dudar en usar este derecho de manera ejemplarizante, pues ningún Estado puede quedar por encima de las normas internacionales que, por otra parte, sitúan a los sujetos de derecho a pie de igualdad.
Resulta también significativo el hecho de sea un país con un régimen comunista el que está llevando a cabo tales acciones, lo que demuestra, una vez más en la historia, que debemos erradicar cualquier muestra de autoritarismo...la pregunta sería...¿cabría entonces el uso de la violencia para acabar de una vez con estas situaciones?

Desde esta tribuna de la Libertad, abogo por la destrucción de los regímenes totalitarios a toda costa, y aunque no defiendo el uso de la fuerza en el panorama internacional, el caso de Corea supone una clara excepción...como en su día lo hicieran la Alemania nazi y la URSS, ella nos ha lanzado el guante.