viernes, 12 de febrero de 2010

Estas y otras historias (II)

Bienvenidos una semana más a esta Tribuna de la Libertad. Hoy les traigo otro compendio formado por las más rocambolescas historias que tienen lugar en estos mismos instantes en nuestro tristemente feliz mundo.

Empezaré, con su beneplácito, por nuestro pequeño gran país: la España de la SGAE, la de la farándula y la fiesta política, la España de la eterna crisis económica y social, la de los más de 4.000.000 de parados, la de la sublime y eclipsada presidencia europea.
Aquí, donde Dios ha perdido toda esperanza en la Humanidad, Juan Carlos I se esfuerza por impulsar un pacto que debió llegar hace mucho tiempo para salvar la estabilidad política, más que económica, de la España del toreo y las Comunidades Autónomas.
El pacto que, por supuesto, será bien recibido será, como de costumbre, elaborado y aprobado por el PSOE con la lógica exclusión del resto de fuerzas políticas… ¡un auténtico pacto de Estado, de esos que ya no se ven!

Y a esto hay que sumar los pasados debates y polémicas sobre las centrales nucleares, los cementerios de residuos nucleares, los españoles secuestrados en África, la nueva Ley de Extranjería, el retraso en la edad de la jubilación, los “simulacros” del Gobierno en la UE, una oposición en la inopia, las críticas del comunidad internacional…

Quizá con una verdadera reforma económica y social que implique una importante reducción de los impuestos y de los pagos a la corrupta clase política de la España bonachona y paternalista, una revisión profunda al sistema de pensiones, y una mejor distribución de los recursos públicos y privados, la eterna España pueda afrontar de nuevo sus problemas y, quién sabe, a lo mejor los soluciona.


Pero es necesario fijar la mirada también en nuestro pequeño gran continente y en la unión de los ciudadanos al amparo de sus Gobiernos…la Unión Europea, presidida por España cuando ya nadie cuenta con nosotros, da al mundo una verdadera muestra de actuación contra la crisis que la consume por dentro y hace ver que Grecia no está sola en su política…porque, si de economía se trata, los grandes no pasarán de la mera declaración de intenciones.

Así es, Grecia, con un déficit y una deuda pública bestiales (digo bien: bestiales), mira a la Unión con una mezcla de orgullo y necesidad mientras las calles de sus ciudades se convierten en el escenario perfecto para las protestas contra las reformas impulsadas por el Gobierno…y parecía ya que Alemania y Francia se erigirían definitivamente como las salvadoras de Europa, esa Europa que va a la deriva mientras hace esfuerzos titánicos por mantenerse a flote en un discreto segundo plano dentro del nuevo orden mundial que viene.


E Irán, donde los enfrentamientos callejeros y las protestas se cuentan por miles, donde la censura a los medios es casi tan brutal como en China y Venezuela, donde las reformas no llegarán nunca salvo que litros y litros de sangre corran por las aceras, donde las políticas occidentales en pos de una paz duradera y estable se encuentran de cara con la cruda realidad de las situaciones…e Irán…e Irán.

El país asiático desafía al mundo con su proyecto nuclear (por favor, a ver dónde diantre terminarán los residuos), se ríe de Occidente mientras camina a su propia destrucción, y las reformas llegarán o se convertirá en otro de los grandes Estados fallidos como Somalia y, dentro de poco y si un milagro no lo impide, México e Italia.


Y en Venezuela, Chávez cierra medios de comunicación, reprime protestas y busca la falda de Cuba, perra del comunismo más irónico y despreciable. Y en Haití continúan con el agua al cuello. Y en Yemen no se aclara la situación. Y en…Y en…



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