viernes, 15 de enero de 2010

Estas y otras historias.

100.000 muertos. Esa es la escalofriante cifra que manejaba hasta un par de días el Gobierno de Haití, país antillano devastado recientemente por un terremoto superior a los 7 puntos en la escala Richter, y que ha costado la vida a sólo Dios sabe cuántos seres humanos entre los que, según se sabe, se encuentran dos españoles.
Ha sido, además, la mayor catástrofe para cualquiera de las misiones en la historia de la ONU.
El país, con la renta per cápita más baja de América, con una población de nueve millones de habitantes, y el puesto 150 de 177 en el Índice de Desarrollo Humano, se debate ahora entre la vida y la muerte, entre el miedo a un Tsunami y la imposibilidad de recibir toda la ayuda que las naciones han puesto a su disposición mientras los cadáveres se apilan en lo que en su día fueron calles.

Una muestra más de la veracidad del refrán aquel que decía que a perro flaco, todo se le vuelven pulgas.

Mientras tanto, Zapatero propone, sin proponer, un sistema de sanciones contra los países de la Unión que no cumplan los objetivos económicos. Todo ello a pesar de que es más que sabido lo odiadas que son estas medidas por los Estados miembros…y pensar que nos pareció que le quedaban claritas las ideas a nuestro ilustre hidalgo a la salida de la reunión con Durao Barroso.
Y aun no contento con no tomar las riendas de la Unión, se dedica a encabritar a Alemania, que ya ha protestado enérgicamente…y luego no entendemos la razón que empuja al periódico inglés The Economist, el más internacional entre los internacionales, la sagrada Biblia de los economistas a lo largo y ancho del orbe, lo critique con tanta dureza.

No puede sacarse, continuando con el refranero español, de donde no hay.

En la Península arábiga se corta la tensión en el aire. Yemén está al borde de una actuación militar por parte de Estados Unidos y, es de prever, las naciones aliadas.
Las embajadas se cierran, los Gobiernos ponen su punto de mira en el país. El Gobierno yemení promete perseguir el terrorismo, el mismo al que da cobijo de modo encubierto, a toda costa. Los países de Occidente se protegen y recortan libertades a cambio de una mayor seguridad que no dará pie sino a la mayor de las catástrofes políticas en la historia del ser humano.

A cautela, dicen, cautela y media.

Y en China… ¡oh, China de nuestros corazones! El país de las ejecuciones; la tierra donde los Derechos Humanos dejan de ser Derechos y humanos, dejan de ser humanos; la URSS del siglo XXI; La Meca de los nuevos descerebrados…la tumba de todos y de nadie.
Allí se pretende celebrar el concurso Mister Gay de China…ya ha intervenido la policía, los perros del régimen comunista, los protectores del pueblo humillado; aunque, quién sabe, puede que esto sea el comienzo de una apertura más que esperada. Esos mismos comienzos de apertura que tantas veces hemos visto y a los que ya no prestamos atención.

Para todo mal, un refrán; y para todo bien, también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario