sábado, 18 de julio de 2009

Iberia.

A pesar de lo que el título pueda sugerir, no se trata de una bien merecida crítica a la compañía de aerolíneas española que tantos momentos de angustia ha hecho pasar a tantos irritados viajeros.

No, el tema que pretendo abordar (que Dios me ayude) es uno más importante, dada su carga política: el de la tendencia hacia el iberismo; es decir, a construir una unión más fuerte entre los dos grandes países de la Península ibérica, España y Portugal.

Desde hace ya bastantes años, muchos de los políticos de ambos países vienen trabajando en la consolidación de una alianza ibérica que destierre de una vez por todas las diferencias sociales, políticas y económicas entre las dos naciones. Yo intento contribuir con mi esfuerzo a la consecución real de esta meta, y estoy absolutamente convencido de que ésta es la mejor salida para nuestros países; sólo acercándonos más, intentando construir una gran potencia ibérica, podremos lograr una mejora en las relaciones internacionales y adquiriremos un mayor peso político, social y económico en todo el orbe.

Frente a los que defendemos una unión ibérica, se encuentran los mismos detractores de siempre, que por alguna extraña razón, parecen no entender que la unión hace la fuerza.
Efectivamente, estos caballeros de la desesperanza, adalides del separatismo internacional, heraldos de la anti-globalización, y políticos de tres al cuarto, siguen defendiendo las retrógradas ideas de dos Estados separados que no hacen más que tener desencuentros…en el fondo, no tienen otra cosa de la que hablar.
Son los mismos que se oponen al liberalismo político, al capitalismo, al régimen de libertades y a los Derechos Humanos; son los que defienden los regímenes comunistas, las violaciones en China, las actividades ilícitas de Corea del Norte, critican a los liberales, y se las ingenian para quedar de listos y graciosos allí donde van.

Pues bien, frente a esta oscura tendencia a llevarnos de vuelta a la Edad Media, a la época de los todopoderosos Estados, yo abogo por continuar trabajando por la unidad de los Estados ibéricos (Portugal y España, que no aplaudan los independentistas).
Ya se está avanzando en este sentido: la reciente “construcción” de la línea ferroviaria que unirá Lisboa y Madrid, el nuevo Centro Internacional de Nanotecnología, y los numerosos encuentros entre nuestros políticos, están haciendo germinar el árbol del iberismo.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. El iberismo se encuentra con grandes problemas, especialmente por parte del bando español: los españoles nos hemos ganado la fama de despreciar el portugués (en realidad cualquier idioma) y a los portugueses (esto no es del todo cierto si tenemos en cuenta que son más los parecidos que las diferencias entre ambos países).
Lo que sí es cierto es que en España resulta aun muy difícil ver productos portugueses, debido, en gran parte y pese al marco creado por la Unión Europea, a las restricciones impuestas por los Gobiernos españoles frente a la libertad total de comercio a la que los Gobiernos portugueses nos tienen más que acostumbrados.

Otro de los escollos a los que se debe hacer frente es a los aspectos políticos. En el supuesto caso de que de la unión surgiera un único Estado (Dios, y nuestros políticos, así lo permitan), la solución podría pasar la instalación en Madrid y en Lisboa de los poderes Legislativo y Ejecutivo (no necesariamente en ese orden).

En cualquier caso, creo firmemente en la creación de una nación ibérica que facilite el entendimiento entre sus ciudadanos.
Para ello son necesarias más y mejores infraestructuras, una mayor liberalización comercial y de movimientos, y un acercamiento político entre nuestros países.

Hasta entonces, un saludo a nuestros hermanos de Portugal.


3 comentarios:

  1. Detesto la política.
    Pero está muy bien redactado.
    Recuerdos!

    Lorena

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  2. Hola.
    No sólo está bien escrito sino bien argumentado además. Pero yo, que estoy hecho para fastidiar, no estoy del todo de acuerdo. La idea de que dos países que han convivido pacíficamente (las reticencias, cierto es, siemopre existen en uno y otro, pero eso ha sucedido siempre, y no creo que podamos hablar de una auténtica xenofobia hacia el portugués)durante siglos deban unirse ahora... es un poco premeditada. Voy a dar argumentos contundentes pero sencillos (¿sabré hacerlo?). Gobernar un país es difícil .Imagínate dos. Una excesiva extensión territorial, unida a una mayor diversidad de razas y pensamientos puede conllevar serios problemas para nuestro Gobierno, ya bastante dependiente del resto de administraciones europeas. Pero es que adem´s, pienso que es una concepción un poco medieval la de creer que dos países peuden anexionarse así como así, sin que surja una fuerte repulsa entre ambos bandos bajo la mera mención del proceso. Si tenemos a dos gobiernos distintos, de dos países distintos, y tratamos de unir estos países, ¿que Administración es la que renunciará a su cargo? Es más, si los portugueses se convirtieran en una minoría, ¿no acabaríamos despreciándolos incluso MÁS de lo que lo hacemso ahora, porque quedarían dentro de nuestras fronteras? O viceversa. Y por último, y a pesar de que yo soy partidario de la unidireccionalidad (porque considero que las personas deben valerse por sí solas sin depender de los demás), pienso que en política, y haciendo frente a la actual recesión de cara al mundo, dos gobiernos tendrán más fuerza que uno solo. En fin, que yo pienso que, si las cosas ya son difíciles estando como están, tratar de crear un nuevo país a patir de dos que ya existieron por muchos siglos y tienen un pasado propio y glorioso, acabaría con dicha Historia. Hoy más que nunca, cuando impera una cierta barbarización, pienso que deben defenderse (sin llegar al naconalismo) las identidades de cada nación y hacerlas valer. PEro bueno, yo me lavo las manos, al fin y al cabo, no me importa demasiado que se llegue o no a dar este paso. Respeto a los que opinan en mi contra, y mi concepción de los políticos no va a cambiar. ¡Ójala pudiéramos simplemente unir en matrimonio a los príncipes luso y español como antaño! Eran tiempso en los que no existían problemas de división política, y todo se hacía según dictaba uno solo. Si siguieramos bajo regímenes medievales hoy día, este problema no existiría.
    Buenas noches.
    El fantasma de Blunt.

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  3. Te gusta destacar Edward...
    Eso es importante en la vida, a veces.

    Yo no opino sobre la política porque siempre va a estar mal hecha.

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