jueves, 30 de julio de 2009

Terrorismo, Libertad de expresión y Revolución (II).

Ya tengo preparados las entradas correspondientes a la corrupción y a la soberanía territorial que tanto se me han pedido a lo largo de estas semanas, y que saldrán, Dios mediante, en ese orden en las próximas dos entregas de este blog.

Por desgracia, como ya ocurriera hace unas semanas, estos temas tienen que verse desplazados momentáneamente como consecuencia de la siempre brutal y despreciable actividad de la banda terrorista ETA.

Efectivamente, en la madrugada de ayer, el grupo de cerdos ponía a prueba la dignidad y la paciencia de la ciudadanía española al colocar una furgoneta cargada con 300 kilos de explosivos frente a la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos. Este vil acto, por desgracia tan conocido por todos, causó el derrumbe de una de las fachadas del edificio donde se alojaban, como hacinados, los agentes y sus familias.
Por suerte, la distribución interna del edificio hizo posible que España no tuviera que lamentar ningún muerto, sino 65 heridos, en uno de los atentados más salvajes del grupo terrorista. Huelga decir que entre las potenciales víctimas se encontraban cerca de 40 niños.

Pese a que esta noticia es ya un motivo para modificar el calendario del blog, ha sido la prepotencia animal de la conocida y más que aborrecida piara, lo que me ha llevado a decidirme a cambiar dicha agenda.

Así es, a las 1:50 del jueves 30 de julio de 2009, los necios e ignorantes criminales que llevan más de un tercio de siglo causando daño y dolor, han vuelto a atentar contra nuestra dignidad y se han llevado la vida de los agentes de la Guardia Civil.

Sin ningún género de dudas, las recientes actividades de la banda terrorista dan muestra inequívoca de la delicada situación en la que se encuentra la propia organización.
Un grupo de cerdos cada vez más débiles que ahora tienen que sentir un poco más cerca el momento de entrar en el matadero.

Ahora, más que nunca, la población debe dar muestras de su fortaleza y su ímpetu en aras de la dignidad con la que todo ser humano ha nacido.
Si hace unas semanas abogaba por una lucha contra el terrorismo que llevara a su erradicación total del globo, ahora hago un llamamiento a quienes quieran sumarse al ostracismo social al que deben ser sometidos los terroristas.

Se acabaron las ayudas sociales y económicas a las familias de terroristas en detrimento de las víctimas; se acabaron las negociaciones de los Gobiernos; se acabaron las medidas templadas contra la violencia, indiscriminada o selectiva, que lleva a un pueblo a la desesperación y a sentirse impotente en la consecución de su felicidad.

Dijo William Shakespeare que las medidas templadas son nocivas cuando el mal es muy violento. Dijo Winston Churchill que situaciones desesperadas requerían medidas desesperadas. Ahora, desde esta página, y para toda la sociedad que sufre la lacra del terrorismo, quiero condenar estos actos y jurar luchar sin descanso contra los cerdos de las bombas.
Tenemos que hacerlo en todos los frentes, la política, la justicia, la sociedad entera tienen que ponerse a trabajar de una vez contra esta lacra. ¡Recuperemos el Espíritu de Ermua!

Cuando las bombas no nos hacen daño, sólo nos hacen más fuertes. Súmense a la condena… ¡guerra sin tregua al mal!

2 comentarios:

  1. Ninguna idea vale una vida.

    ¿Cómo explicarlo?

    No necesita explicación, son razonamientos que se sienten en nuestro interior.

    El problema está en quienes no tienen en el pecho lo que los demás entendemos como CORAZÓN.

    Un animal, por salvaje que sea, siempre será mucho será mucho mejor que estos a los que llamamos militantes terroristas que, con apariencia de humanos, andan por nuestras calles, cuando en realidad no son personas.

    Sobran los comentarios, pues el sentido común dice que no hay derecho a esta situación.

    Felicitaciones, Sir Fran de Volendam, por esta entrada que nos hace reflexionar.

    Un saludo y un fuerte abrazo, y el mayor de los respetos a estas dos personas que perdieron su vida, por unas ratas que no merecen vivirla.

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  2. esperaremos esas dos nuevas entradas.

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